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Después de todo, nada trajimos a este mundo y nada podremos llevarnos. Así que, mientras tengamos ropa y comida, debemos estar contentos. Los que anhelan volverse ricos caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Esos afanes tontos y dañinos hunden a la gente en la ruina y la destrucción,

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